Las mujeres somos el comodín
de las ternas
de elección Partidista; Más no fichas de representación Popular.
Considero
que nosotras las mujeres podemos jugar un importantísimo papel en la política
de Panamá, si lo proponemos, pero sobre
todo si nos uniéramos con las demás compañeras políticas e independientes que
tienen ese mismo interés por lograr mejores cosas, para la sociedad en general.
Sin Embargo Según;
Licda. Karla Castillo/ Quezaltenango,
Guatemala .
Expresa que:
Históricamente las
mujeres han estado inmersas en un mundo privado y su aporte al desarrollo de la
sociedad no ha sido visibilizado, vistas solamente desde su entorno biológico y
social destinadas a la reproducción. Desvalorizadas y subordinadas al poder masculino,
han vivido discriminadas y no se les ha respetado sus derechos individuales y
sociales.
Durante el
siglo XX surge un cambio a favor de las mujeres, mismas que se han ido
incorporando en el ambiente público, insertándose en el trabajo productivo y en
la acción comunitaria y social y, más lentamente en el ámbito político. A pesar
de ello, la situación de discriminación y subordinación (relaciones de género)
en que viven continúan y esto disminuye las posibilidades de alcanzar el
desarrollo individual y de la sociedad en conjunto. Por lo tanto la mujer ha
estado inmersa en grandes desafíos para ejercer y construir el ejercicio de la
ciudadanía y su participación activa en los espacios culturales, económicos,
sociales y políticos. Los
espacios de participación de la mujer han sido en su mayoría en programas y
proyectos de las organizaciones no gubernamentales, comités pro -mejoramiento,
organizaciones comunitarias y comités de desarrollo comunitario. La
participación se observa en actividades comunitarias de tipo social, en
capacitaciones de la iglesia y comités de desarrollo. Una de las luchas
actuales que se tiene desde este sector de mujeres es la participación real y
protagónica en los ámbitos espacios culturales, económicos, sociales y
políticos. Sin embargo se presentan distintos obstáculos. Entre ellos, las
responsabilidades familiares, nivel educativo y formativo, situación económica,
desigualdad de género, legislación retrógrada, aunado al estigma social de un
Estado predominantemente machista y patriarcal, en el que se somete a la mujer
y al control que ejerce la sociedad y la desconfianza política.
Por lo tanto:
Debe hacerse un llamado a la reflexión en
donde las mujeres adquieran confianza en ellas mismas para promover su
participación en el ámbito político y por lo tanto buscar su desarrollo
personal y realización como “mujer” que tome decisiones, que se involucre en
los distintos procesos y que sea partícipe de su propio desarrollo, dejando
atrás los paradigmas que la envuelven en un contexto donde se le clasifica como
grupo vulnerable y desprotegido.
La mujer puede asumir un
papel que le permita desarrollarse en los distintos ámbitos, en donde ya no sea
una más, sino “parte de”, en donde la mujer tenga la oportunidad de mejorar sus
condiciones económicas, en donde tenga acceso a un trabajo digno y a
capacitarse, que se compartan responsabilidades familiares, que las mujeres
adquieran conciencia y que eleven sus niveles de autoestima y seguridad en sí
mismas. Esto solo se logra a través de su participación real, protagónica e
incidencia en espacios de toma de decisiones políticas.
La mujer debe participar en los procesos
políticos, que contribuya al desarrollo del país, involucrándose en espacios que le
permitan participar activamente, en donde sea parte de la toma de decisiones y
partidaria de la incidencia, que sea quien comparta en conjunto con el hombre
responsabilidades, oportunidades, desarrollo personal.
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